lunes, 21 de mayo de 2007

Apagón


Con los puños cerrados se agitaba en el escenario, esperando el momento de abalanzarse sobre el público, extender sus brazos, lanzar un soplido y cubrirlos de una resplandeciente luz. Aquel increíble: ohhhhhh le mortifica. Aquel sueño duró muy poco, solo le queda un pequeño tubo de ensayo con restos de purpurina.


Como luciérnaga encerrada en un bote, revoloteo en círculos sobre una bombilla a punto de fundirse. Me pesan las alas. Ya nadie cree en las hadas en la Ciudad de los Niños Perdidos. En el eco de la noche retumba ese tic-tac. Mi luz se apaga.

¿Quien se ha bebido las últimas gotas de absenta?

6 comentarios:

Sweetcide dijo...

A mi nunca me gustaron nada las hadas, con sus varitas y sombreros de punta...me parecían brujas blancas, y siempre me ha gustado más el negro.

Aunque salvo a la campanilla de Peter Pan, que era tan susceptible y tan mona ella... :D

Amelie Poulain dijo...

jajajajaja y un poco puñetera si no recuerdo mal. Gracias sweet

Fernando García-Lima dijo...

Sí, Campanilla era una gran puñetera. Pero es que son mucho mejores las hadas traviesas que las mosquitas muertas.

Sweetcide dijo...

No era puñetera, es que en fondo era muy sensible...pobrecita, yo la entiendo :P

Amelie Poulain dijo...

Sweet, debes de ser la única.

Pensaba morir electrocutada metiendo los dedos en el enchufe, sin embargo... voila! me he recargado las pilas!!

No hay nada como hacer travesuras! (Me he saltao un examen)Queréis un trago?

Marvin dijo...

Entre la electricidad de Amelie y la ausencia de nicotina creo que iluminariamos Paris, por lo menos.