viernes, 25 de abril de 2008

Ingenuidad



¿Culpable o inocente?

miércoles, 23 de abril de 2008

Amores encuadernados

"Un día leí un libro y toda mi vida cambió"

Fué un día en el que cayó en mis manos un ejemplar que empezaba con las últimas palabras que acababa de leer. Ya no buscaría más, nos habíamos encontrado.

"Llevado por un instinto acerqué la cabeza a la ventanilla y por tanto a Canan, y vi que fuera había comenzado a llover. Al mismo tiempo besé los labios sonrientes de mi Canan como había visto en las películas, como se hacía en la televisión, como yo pensaba que se hacía, los besé con todas mis fuerzas, los besé con deseo y avidez, y ella se resistía, angel mío, los besé hasta hacerlos sangrar.

- No, no, querido -me dijo-. Te pareces mucho a él pero no lo eres. Él está en otro sitio…

(…) De los labios de la muchacha manaba sangre, dicen los libros en situaciones así y, en situaciones así, los protagonistas de las películas que habíamos visto volcaban mesas, rompían cristales y se lanzaban con sus coches a toda velocidad contra un muro."

Orhan Pamuk, "La vida Nueva"

Un día sin besos, de pétalos sin perfume, sin tapas precintadas. Sin rosa-rios, ni amar-gura. Un día más amando personajes literarios, a salvo, segura de que no me haría sangrar un beso, ni las espinas de una rosa, protegida, pero al alcance del filo de una delicada hoja de papel.

jueves, 17 de abril de 2008

miércoles, 16 de abril de 2008

Teoria del Caos


¿Por qué llamamos “estabilidad” a tener una fuente de ingresos fijos, a disponer de una vivienda en propiedad, tener una pareja fija y una serie de rutinas que nos enmarcan en un aquí y ahora? Hablando de estabilidad utilizamos términos como seguridad, tranquilidad... en definitiva: bienestar.

Me perdonaran ustedes si contradigo toda esta teoría bio-psico-social para afirmar que no hay sistema más frágil que aquel que dispone de una estructura sólida.

Si observamos el universo, el sistema conocido que ha alcanzado mas éxito, veremos como TODO procede de un gran caos, el Big-bang.

En biología podemos estudiar como los seres que vivían en continuo cambio se han adaptado mejor y han evolucionado en mayor medida que aquellos que permanecieron más “estables”.

En química vemos que el estado más inestable es el gaseoso, aquel que llena todo el espacio que se le permite ocupar (poca cosa, sí, ja!) gracias al movimiento desordenado de sus partículas.

Pues bien, nosotros, la raza humana, que nos consideramos tan evolucionados, vivimos en una perenne búsqueda de unas coordenadas que nos proporcionen esa tan ansiada “estabilidad”. De este modo, sabemos quiénes somos en función de nuestro poder adquisitivo, nuestra profesión, nuestro rol familiar, etc. ¿Dónde queda aquello que pensamos, que sentimos? ¿Nos preocupa nuestra estabilidad emocional?

No quisiera yo desmoronar aquello que tan cómodo nos resulta a todos: "Soy quien soy", "Yo soy así", y como dijo Alaska: “Nunca cambiare!" Pero sí os invito a haceros la pregunta: ¿Quien soy yo? ¿Quienes somos al margen de todas estas categorías? (Para los que sigais mi blog, no me vale la respuesta: “Soy el señor del amor, del saber y de las dominaciones” :P).

La cultura del orden, el determinismo y la predicción no es más que un intento de equiparar realidad con ciencia. Inmersos en el miedo, del catastrofista mañana incierto, impredecible, nos quitan la posibilidad de ser protagonistas de nuestras vidas. Nos piden que sigamos unos cánones establecidos para confirmar las hipótesis que ellos mismos formulan. Es así como el desorden se ha equiparado a “confusión", sin embargo, los sistemas caóticos se caracterizan por su adaptación al cambio y, en consecuencia, por su estabilidad. ¿Será que no interesa el cambio?

Vivir en un continua predisposición al cambio NO nos hace mas frágiles, a mayor exposición, mayor es la resistencia y mayores la cotas de desarrollo.

Bendito sea el aleteo de aquella mariposa que llevo mi existencia al mas profundo caos!! Soy inmensamente feliz dentro de este apacible "des-orden".

martes, 15 de abril de 2008

Milo Manara. El clic

Con un clic, solo un clic y allí me tiene. Mi creador me dibuja y desdibuja a su antojo, me achina los ojos, me acorta la falda y escribe a mi lado una expresión de placer capaz de hacer enloquecer a cualquier hombre.
Atormentada por la estructura narrativa que caracteriza a Milo Manara, Claudia se lamenta de no tener el control del misterioso telemando. La historia se articula a partir del encadenamiento de un mismo hito que se repite de forma secuencial y previsible. Al interés de las primeras vivencias le sigue el aburriendo y la apatía propia de la tercera escena de una película porno. Estamos ante la protagonista del cómic ¿rebobinar? no, pasar página.

Claudia siente una vibración, un impulso nervioso y un deseo irrefrenable. Pierde el control de su cuerpo y de su mente. En la viñeta siguiente aparece sumergida en éxtasis de placer y desenfreno. Dos paginas mas tarde, vuelve a su cotidianeidad con su dosis de MDMA. Entre la deshidratación y la hiponatremia, retoma la compostura y una recatada Claudia nos saluda y sonríe.

Trece capítulos mas allá y nos encontramos con la contraportada, sin duda es una obra maestra que no te deja indiferente. Pero el martirio de Claudia no ha acabado. En la publicación del Clic 2 el malvado Dr. Fez pierde su mando y su gran invento queda al alcance de cualquier curioso que desee pulsar el botón. Se atormenta pensando en qué escenario se encontrará ella, si él no esta presente carece de sentido, no era el placer de Claudia lo que le movió a diseñar el artilugio, sino un extraño deseo de poseerla, de decidir cuándo, cómo y con quién aquellas curvas comenzarían a estremecerse, como si haciéndose con el aparato se apoderase de su alma, asegurándose que de este modo siempre fuese suya.

Manara publica un tercero y después un cuarto, cómplice de esta condena se atreve a decir lo afortunada que es esta muñeca de obtener tanto placer con un simple clic. ¿Quién pulsará el botón?

sábado, 5 de abril de 2008

Despierta!


SAKYA TASHI LING Monastir Budista del Garraf

"Buddha" (en sánscrito बुद्ध) significa: todo aquel que ha logrado despertar espiritualmente a la naturaleza bodhi a través de un descubrimiento personal (no es una revelavión divina). El propósito último de las enseñanzas budistas es la erradicación de todo sentimiento de insatisfacción vital: el anhelo ansioso -lobha- (o sus concomitantes el aferramiento y la aversión- dosha-) que a su vez es producto de ilusión e ignorancia (confusión -moha-), entendidas como la percepción errónea de la naturaleza de la vida, la existencia y el ser. Este nuevo estado de felicidad y plena tranquilidad mental se alcanza a través de una nueva percepción dada por una comprensión profunda, emocional e intuitiva de la realidad y el ser, desarrollando a través de prácticas la sabiduría, la ética y la meditación. Según esta filosofía, cualquier persona tiene el potencial innato para llegar a experimentar el despertar y el nirvana.

Om Mani Padme Hum


La palabra "mantra" proviene del sánscrito "man", que significa mente, y "tra," que tiene el sentido de protección, y también de instrumento. Los mantras son recursos para proteger a nuestra mente contra los ciclos improductivos de pensamiento y acción. Aparte de sus aspectos vibracionales benéficos, los mantras sirven para enfocar y sosegar la mente. Al concentrarse en la repetición del sonido, todos los demás pensamientos se desvanecen poco a poco hasta que la mente queda clara y tranquila.

Los mantras emplean los mismos canales subliminales que la música y los anuncios publicitarios, aunque con intenciones mucho más benéficas. No es necesario intelectualizar el "significado" o la simbología del mantra para que su sonido ejerza sus efectos sobre nosotros. El ritmo sonoro funcionará en el plano incosnciente y acabará por saturar los pensamientos conscientes, lo cual a su vez, afectará a los ritmos.

El mantra "Om Mani Pädme Hum" es fácil de decir pero muy poderoso, porque contiene la esencia de todas las enseñanzas: Om está bendecida para ayudarte a lograr la perfección en la práctica de la generosidad; Ma, ayuda en la práctica de la ética pura; Ni, la tolerancia y paciencia; Päd, la perseverancia; Me, la concentración y Hum la perfección en la práctica de la sabiduría.

(Fuente: "Mantras" en: Los chakras, ruedas de la energía vital, de Anodea Judith, Robin Books, Barcelona, 1990.)



viernes, 4 de abril de 2008

La danza del molinero

El sombrero de tres picos, Manuel de Falla


Por Kaori Muraji

Carmen

La tabacalera

El fuego fatuo

"Lo mismo que er fuego fatuo, lo mismito es er queré.
Le huyes y te persigue, le llamas y echa a corré.
¡Lo mismo que er fuego fatuo, lo mismito es er queré!"

Mojigondo

jueves, 3 de abril de 2008

martes, 1 de abril de 2008

Existencialismo

El gusano que se sentía algo capullo tejiendo, hasta que se transformó en mariposa.