En cierta ocasión una serpiente comenzó a perseguir a una luciérnaga. La diminuta luciérnaga corría desesperada tratando de salvar su vida. El feroz acecho de la serpiente no cesó hasta que llegó la noche. La luciérnaga pensó que el nuevo día sería diferente al anterior, sin embargo, la serpiente estaba allí, dispuesta a darle guerra. La luciérnaga pasó el día entero volando de rama en rama, agitada y cansada de huir. Finalmente al tercer día, la extenuada luciérnaga miró fijamente a la serpiente y le dijo: "¿Puedo hacerte tres preguntas?". La serpiente contestó: "No acostumbro a conceder entrevistas a nadie, pero como te voy a devorar muy pronto... puedes preguntarme lo que quieras." La luciérnaga dijo: "¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?". "¡No!" -contestó la serpiente. La luciérnaga prosiguió: "¿Te hice algún mal?". "¡No!" -respondió la serpiente. "Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?". La serpiente le contestó enfurecida: "¡Porque no soporto verte brillar!"
Fuente: Cultura Popular
5 comentarios:
Vaya actividad bloguera, guapa.
Y por algo las serpientes son serpientes y las luciérganas, luciérnagas.
Brillante
buf! no te imaginas cómo entiendo esta historia, justo hoy he tenido una mala experiencia de este tipo - metafóricamente - y ahora lo entiendo todo!! muchas gracias
Me suena, me suena...Ley de vida.
Fer, las luciernagas aplastadas dan luz?? :S
Mr, :D
Geminis, esta historia no es mia, pero me encendio la bombilla y me ayudo a entenderlo. Abra que seguir revolotenando! ;)
Eva, Pues vaya M vida!! Jajaja Por cierto, he visto unos bolsos de piel de sepierte monisimosss :D
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