jueves, 28 de junio de 2007

Brief Encounter


Alec: No te has enfandado conmigo, ¿verdad?

Laura: No, no estoy enfadada. Realmente creo que no estoy... nada. Solo me siento cansada.

Alec: Perdóname.

Laura: ¿Perdóname por qué?

Alec: Por todo. Por conocerte, en primer lugar. Por haberte quitado la arenilla del ojo. Por haberte amado. Por haberte causado tanto dolor.

Laura: Te perdono... si me perdonas.


Con su mano en mi hombro,
"Nunca pensé que a las personas corrientes les sucedieran estas cosas". "Las familias felices son todas iguales; las familias infelices lo son cada una a su manera."

1 comentario:

Víctor dijo...

Un perfecto ejemplo de amor dependiente, del cual vivimos absolutamente rodeados. Son pocos aquellos que consiguen querer/amar a alguien sin tener una absoluta (aunque no lo sepan!) dependencia de la otra persona. La frase "Te perdono... si me perdonas.", lo escenifica perfectamente, ¿no creéis? ¿No es más sano (para uno mismo) un amor en libertad?

El otro extremo (tampoco lo defiendo!) lo podríamos representar con una frase de Groucho Marx: "No piense mal de mí, señorita. Mi interés por usted es puramente sexual."