sábado, 3 de septiembre de 2011

Romper cadenas

¿Te has parado a pensar en lo fácil que resulta retener a un elefante en un circo? El animal terrestre más grande del mundo que pesa toneladas y derriba grandes árboles. Sin embargo, basta una ridícula estaca y una cadenita para retenerlo amarrado. ¿Por qué? Porque cuando era una cría trató insistentemente de zafarse y no lo consiguió. Se causó heridas en la pata y recibió golpes de sus cuidadores. Por otro lado, asoció la idea de liberarse con dolor. También ayuda a permanecer en cautiverio la sumisión de los adultos de su entorno, el llamado efecto espejo. Si ellos no tratan de liberarse, porqué debería de hacerlo la cría? En su renuncia a zafarse de la cadena, acepta el cautiverio como su forma de vida. En su mente queda grabado de por vida que "no puede" soltarse de la cadena. Cuando sea adulto y tenga la fuerza suficiente, ya no lo intentará, ni siquiera será necesaria la estaca. Este es un claro ejemplo de cómo las cadenas mentales son más poderosas que las cadenas físicas.

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