
"Rayuela" Capítulo 68, Julio Cortazar
Él tenía que seguir surcando los cielos y yo volvía con los niños. "Nunca" era demasiado tiempo, pero dejé la ventana abierta. Cuando volví a saber de él había colgado su traje verde y le acompañaba una dama. Ya no vuela, ni baila, ni ríe, se ha hecho mayor muy rápido. Preferiría saber que él es feliz a su lado. "Es el precio por sentir cosas maravillosas" me explica, mientras recuerda con nostalgia las aventuras que vivimos juntos.
Ayer entró en mis sueños: "¡Vente conmigo!" Cerré la ventana. Hacía frío. Peter no puede dormir, necesita que le expliquen cuentos. Yo, que dejen de contármelos.
"El cine está hecho de la misma materia que los sueños"