sábado, 13 de diciembre de 2008

"Vivir en la verdad"


Pequeño diccionario de palabras incomprendidas.

"Para Sabina, vivir en la verdad, no mentirse a sí mismo, ni mentir a los demás, sólo es posible en el supuesto de que vivamos sin público. En cuanto hay alguien que observe nuestra actuación nos adaptamos, queriendo o sin querer, a los ojos que nos miran y ya nada de lo que hacemos es verdad. Tener público, pensar en el público, eso es vivir en la mentira. Sabina desprecia la literatura en la que los autores delatan todas sus intimidades y las de sus amigos. La persona que pierde su intimidad, lo pierde todo, piensa Sabina. Y la persona que se priva de ella voluntariamente, es un monstruo. Por eso Sabina no sufre por tener que ocultar su amor. Al contrario, sólo así puede "vivir en la verdad".
Por el contrario, Franz está seguro de que la división de la vida en una esfera privada y otra pública es la fuente de toda mentira: el hombre es de una manera en su intimidad y de otra en público. "Vivir en la verdad" significa para él suprimir la barrera entre lo privado y lo público. Le agrada citar la frase de André Breton acerca de que le gustaría vivir "en una casa de cristal" en la que nada sea secreto y en la que todos puedan verlo."

Milan Kundera "La Insoportable Levedad del Ser"

En el Ministerio de la Verdad, "Miniser" en neolengua, la historia se reescribía una y otra vez. Cuando decidí salir del Partido Único me convertí en rebelde y dejé de pertener a una sociedad que se vigila a sí misma. Lo hice para romper la incongruencia entre mi vida privada y la pública; lo que sentía y lo que debía sentir, para librarme del peso de la culpa señalándome con su enorme índice. Pero seguía en una casa de cristal. Vivo en la verdad cuando dejo de dirigirme al espectador. Cuando encuentro en los "puntos exógenos" las huellas de tus dedos y dejo de preguntarme cómo han llegado ahí o el porqué de tus caricias.

En estos momentos en los que la levedad del ser se hace insoportable y la soledad se convierte en desolación -encima me quedo sin tabaco!- tu cajetilla espera en el cajón de mis recuerdos. Y como si el filtro me trajese tus labios, desprendo en cada bocanada un aire de suficiencia. Me gusta recrearme en la idea de que puedo pensar en aquellos conceptos para los que no existe traducción en neolengua.

"Necesito que me dejes un momento a solas, no soy capaz de mentir si estás aquí "- dijo. Esa era la verdad.

5 comentarios:

Fernando García-Lima dijo...

Un libro para subrayar, ¿ves?

Me ha encantado, no por nada.

Beso con humo.

Sebas T. dijo...

Las razones por las que alguien puede llegar a romper el secreto de una propia mentira, pueden ser más falsas que la anterior.

Vladimir Putin

(bueno no, mentira, me lo he inventado yo, ... con la mala fama que tiene ja ja)

José Bermúdez dijo...

Yo me miento mucho a mí mismo, tanto que incluso me creo mis propias mentiras. Por eso siempre digo que soy guapo, alto y adinerado.

Un abrazo.

Eva dijo...

Yo en ocasiones miento a los demás por necesidad y otras, por obligación; a mí me miento lo justo para sobrevivir. Me consuela pensar que una vida sin secretos no sería tan interesante.

Fernando García-Lima dijo...

Estoy un poco aburrido de esta entrada.

¿Cuándo cambiamos?