- Anikaaa, dónde vas??
- Al portal de Belén.
- Hijamia, para ti siempre es Navidad!
Anikaaaa, hacía mucho que nadie me llamaba Belén, no sé si por la rumbita ("que no la llamen Belén-Belén... que no viene..." :D) o porque me empeñé en ser solo Ana. Me recordaste los momentos que pasamos en nuestra "sede social" de infancia. Que lagrimones me caían cuando hice esta foto hace unos poquitos días. Sigue oliendo a humedad, a patatas con raíces y creo que todavía a licor de aquella multitudinaria fiesta. En las ventanas de las escaleras aun se notan los corazones A y C, C tachado, A y R, R tachado… De ruido de fondo, el tic-tac de los contadores marcando el ritmo de “la vi correr, tu-tu-tu-aaa, llegaba tarde a casa” (Tenessi). Sigue parpadeando la luz del segundo, cuarenta y tres bombillas más tarde y aún reza aquel letrero: "Sres. C-M", cinco inquilinos después. Allí nació mi pequeña, un montón de ilusiones y... nuestra revista!! Jajaja. Cambiamos cromos, escribimos cartas, confesamos secretos con sabor a vinagre y se quedaron los suspiros de mis primeros besos. Subí deprisa esas escaleras vestida de novia y las bajé despacio el día que marchaba. Allí aparqué mi bicicleta, después la moto y más tarde el cochecito de bebé que me robaron mientras dormía. Por esa puerta pasaron cabalgatas de reyes a lunares, Diegos en busca de su Isabel, cofrades al son de tambor y bombo, la rondalla, las vaquillas… Aquella puerta vio como me marchaba dejando TODO ESO atrás: Casa Regional de Andalucía en Teruel, Cofradía de la Oración del Huerto, Coro Ambeles, Compañía de Clásico Español, Feyda, Grupo de teatro Ibáñez Martín, Juventudes, Peña los que Faltaban, ALVIMAR… jo! Ahora que lo pienso, sí, tenía una vida social muy rica, tenía vida! La de estupideces que el destino te hace cometer. ¿Qué hago yo aquí? Quizás sea ahora el momento de volver.