Toda mi infancia tiene la misma banda sonora: una radio que no se escucha bajo los motores de las Singer siguiendo el compás del vapor de la plancha y el cantar de las medidas. Horas y horas ordenando el cajón de-sastre: los botones por tamaños, los hilos por colores. Esperaba que se apagasen los rayos del sol para que ella dejase de coser ojales, entonces, la luz del flexo me decía que no, que ése tampoco era el día.
Hoy, sigo esperando.
Llega a mi recuerdo la película: "How to Make an American Quilt" 1995 (“Donde reside el amor”), adaptación de la novela de Whitney Otto. Finn, una estudiante universitaria, va a pasar el verano a la casa donde viven su abuela y su tía. Allí se reunen a conversar varias mujeres usando como escusa la costura y perpetúan una tradición familiar: la elaboración de un cubrecama en la que recogen, a base de trocitos de tela, aquellos momentos en los que el corazón se les escapaba del pecho y les embriagaba una sensación de plenitud que agudizaba todos sus sentidos. Historias de amor que hilvanadas darán como fruto una colcha nupcial. Mientras, Finn deberá tomar una decisión acerca de una propuesta de matrimonio.
En mi caso, no ha sido tejer, sino destejer, como Ariadna, distintas manifestaciones de amor. No ha sido reflexionar sobre un enlace sino un des-enlace, causado por un nudo, tremendo amarre, que por fin, se deshace. No creo que para estar juntos se tenga que yacer bajo el mismo techo, no creo que para compartir tu vida sea necesario estar atado, no creo que para alimentar el amor sea necesaria la dependencia, de hecho… ya no creo.
No puedo coserte una colcha, los motivos de esta genealogía están repetidos o, en el mejor de los casos, mi espacio está en blanco. Posiblemente la historia podría inspirar una novela, pero no pueden ir en una concha nupcial condenada a secar el mismo tipo de lágrimas. Lo siento, no te puedo decir qué es el amor, únicamente sé lo que no es.
2 comentarios:
Uff, me ha entrado un escalofrío mientras se deslizaba por mi mejilla una lágrima.
Es bueno saber lo que no es el amor, sin embargo tengo la sensación de que en realidad sí que sabes lo que es amar, probablemente no el amor hacia un hombre (aunque en algún momento también habrá existido), pero sí hacia otras personitas.
Tienes razón en que el hecho de vivir bajo el mismo techo haga acrecentar el amor (en algunos casos es al contrario) pero es una etapa necesaria en la pareja. En muchos casos por el afán egoísta de superación y de crecimiento personal del propio ser humano.
Te recomiendo "Caramel", muy bonita también.
Besos flor.
Umm "Caramel" me quedé con las ganas de verla en el cine, pero ya está en la lista de... ejem, tareas pendientes :D
Capacidad de amar... tengo la tira!! Lo que no tengo es a quien :S
De momento me gusta estar enamorada de la vida ;) Besosss
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