"No se puede vivir con tanto veneno.
Pesa más la rabia que el cemento"
El rencor hiere menos que el olvido.
Vivir la pena de forma genuina permite sanar las heridas, restablecer nuestra autoimagen y volver a mirar el mundo con lo aprendido. cuando nos quedamos mucho tiempo en la rabia, el proceso de elaboración de este duelo suele alargarse mucho más de lo necesario.
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