sábado, 15 de noviembre de 2008

Haciendo pucheros


"¿Eres buena cocinera?"- dijo él. Aquella pregunta me ruborizó. La lista de virtudes/defectos-entrañables se iba agotando. No supe qué contestar. Pensé que aún estaba a tiempo de olvidar el pollo en el fuego y presentar una cruda realidad en plato hondo. Abandonó la mesa para abrir bocado con mi cuello: "exquisito". El cartero llamó una vez: pum. No, fueron dos veces: pum-pum. Pero no hizo falta esperar a que el olor a chamuscado despertase en él su temor al compromiso. En el congelador se pudrieron las codornices.

2 comentarios:

Eva dijo...

La próxima a un restaurante, igual con tanta gente no se da cuenta y se compromete :D

Sweetcide dijo...

Me ha gustado mucho!!!!!

A ver si nos vemos un dia, ¿no?

besitos