Erase una hombre-niño que lloraba por los poros y lo hacía con ganas, buscando en la calidez de un cuerpo consuelo y destino. Anhelando un seno materno del cual nutrirse. Buscando un hueco para volver a la vida. Golpeándose contra el otro cuerpo, castigándose con una mujer-piedra. Se buscaba y lo hacía con ganas. Y se miraba en espejos-libro queriendo iluminarse sin ser consciente de lo mucho que ya brillaba. Se sinceraba mintiéndose a sí mismo de que era lo único que podía hacer. Y qué bien se mentía diciendo que no le importaba nada. Sabía que un día retomaría su vida, pero prefería hacerlo mañana. Y aturdía entre humo sus ideas en busca de claridad. Y empezaba su vida sintiendo que había dejado escapar su oportunidad mientras postergaba el encuentro con su camino. Mañana, será mañana. Sus ojos contaban lo que sus labios no podían decir mientras los sellaba con los míos. Yo atendía su llanto secándole las lágrimas de su cuerpo, un sudor cálido y limpio. Mañana, te irás mañana.
martes, 22 de julio de 2008
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2 comentarios:
Ey, esto está bastante bien! Me gusta esto de aturdir entre humo las ideas...
Gracias, Fer, vinendo de ti... todo un halago!! El "bastante" es un 6, verdad? :P
¿Te gusta la expresión o te gusta aturdir las ideas con humo? No estarás volviendo a fumar??!! :O
Besicosss
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